viernes, 15 de noviembre de 2024

El Sol

 Es la estrella más cercana a la Tierra, tiene ~4,600 millones de años, y se estima que está en la mitad de su vida. El tamaño y la masa de esta estrella está dentro de lo que se considera una estrella normal (no es ni la más grande, ni la más chica; no es ni la más luminosa ni la menos luminosa). De acuerdo con la masa de una estrella se sabe cómo será su muerte. El Sol verá el fin de su vida convirtiéndose en una gigante roja, que finalmente libera su materia al medio interestelar como nebulosa planetaria y luego su núcleo se convierte en enana blanca.


1. El Sol contiene aproximadamente el 99% de toda la masa del Sistema Solar.

2. Como todas las estrellas, el Sol está formado principalmente por Hidrógeno y Helio.

3. La temperatura en la superficie del Sol es de ~5,600º C.

4. El Radio del Sol es de 700 mil kilómetros, eso es 110 veces el Radio de la Tierra

5. Se encuentra a 150 millones de km de la Tierra (1 Unidad Astronómica=1UA), es decir que

a la luz le toma 8 minutos llegar hasta nosotros.

6. El ciclo de actividad solar tiene un período de ~11 años, en el que se suceden máximos y

mínimos de actividad y se invierte la polaridad del campo magnético solar. En la superficie

del Sol pueden verse las llamadas “Manchas Solares” que son zonas más frías desde

donde el Sol eyecta partículas cargadas electromagnéticamente, que vuelven a caer hacia

el Sol siguiendo las líneas del campo magnético. La frecuencia de manchas solares es

mayor a medida que el ciclo solar se aproxima a un máximo. También durante los

máximos las manchas se distribuyen más próximas al ecuador solar. La observación de

las manchas solares sirve además para estudiar la rotación del Sol.

7. Durante la actividad en la superficie del sol se producen llamaradas y eyecciones de masa

coronal, en las que algunas de esas partículas cargadas electromagnéticamente son

“sopladas” por los vientos solares y llegan hasta la Tierra atraídas por los polos magnéticos

(Norte y Sur). La interacción de esas partículas con nuestra atmósfera produce el efecto

conocido como auroras polares (boreales y australes). En general, la gente piensa que

estas auroras son más comunes en el hemisferio Norte que en el Sur. Esta percepción

sólo se debe a que la zona del hemisferio Norte donde son comúnmente visibles las

auroras se encuentra mucho más poblada que la misma región del hemisferio Sur, pero la

realidad es que las auroras son tan frecuentes en el Norte como en el Sur. En el año 1859

se pudieron observar auroras hasta en lugares como Madrid, Roma, La Habana y Hawaii.


Fuente y agradecimiento: Observatorio Astronomico de Cordoba.


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